Aunque ya lo hemos repetido varias veces no está de más volver a decir que el agua es fundamental para nuestro organismo y más si estamos hablando de la tercera edad. Nuestro cuerpo está formado precisamente por agua; en concreto por un 70%.
A lo largo de nuestra vida, y sobre todo a medida que nos vamos haciendo mayores perdemos agua en nuestro cuerpo.
Si bien durante la niñez nuestro cuerpo está formado por un 80% de agua y durante la edad adulta por un 70%, esa cantidad se reduce al llegar a la tercera edad de forma considerable y no es igual en hombres y mujeres, siendo estas últimas las más afectadas.
En la vejez el porcentaje de agua en el cuerpo baja hasta el 60% en el caso de los hombres y hasta el 50% en el caso de las mujeres. Por tanto podemos afirmar que a medida que envejecemos vamos perdiendo agua en nuestro organismo.
Es muy importante que durante la tercera edad se beba mucha agua. Si no se hace se caerá en el riesgo de sufrir deshidratación más fácilmente que si se tratara de una persona adulta.
¿Por qué se reduce el porcentaje de agua en los mayores?
Al envejecer, el contenido total de agua corporal se reduce debido a una menor masa corporal y a un mayor porcentaje de grasa corporal (tejido pobre en agua).
El contenido total de agua corporal puede experimentar una reducción de cuatro a seis litros desde los 20 hasta los 80 años.
Con la edad aumenta el riesgo de deshidratación
Como ya hemos comentado a medida que aumenta nuestra edad debemos consumir más agua, pero lo cierto es que nuestro cuerpo no nos pide beber tanto como cuando somos jóvenes y ahí está el problema. Al necesitar más agua y no consumirla las personas mayores caen en graves riesgos de deshidratación.
- Pérdida de la sensación de sed: La sensación de sed tiende a disminuir en las personas mayores, lo que puede implicar un menor consumo de líquidos. Debido a esta peor regulación de la sed, las personas mayores no suelen beber lo suficiente y no suelen hidratarse bien.
- Los riñones no retienen tanta agua: El deterioro de la capacidad de los riñones para conservar el agua es también una consecuencia del envejecimiento.Los riñones tienen menor capacidad para concentrar la orina y retener agua en caso de necesidad. Es muy importante que los grupos de la tercera edad se hidraten a menudo ya que en los riñones se eliminan las toxinas y aquellas sustancias de desecho que el cuerpo no precisa y es necesario exterminar. Los riñones necesitan del agua para poder funcionar bien y realizar así una de las
funciones más importantes: realizar el filtrado de la sangre, y además permitir que el sistema urinario realice su función.
Recomendaciones
- Beber agua durante todo el día: Es el principal consejo. En el caso de las personas mayores los médicos aconsejan repartir la cantidad de agua durante todo el día poniendo énfasis en el desayuno, la comida, la merienda y la cena. También se puede combinar con la ingesta de zumos o infusiones. Un pequeño consejo para fomentar el consumo de agua entre los mayores es tener cerca siempre una botella de agua.
- Concienciación: La gran parte de las personas mayores no son conscientes de la importancia que tiene para ellos la ingesta de líquidos. Se deberían dar charlas a estos colectivos en las que se hable del problema y así puedan tener conciencia de algo que en realidad es más peligroso de lo que pensamos.
Conclusiones
Con la edad disminuye la masa corporal y aumenta la grasa corporal por lo que la capacidad de nuestro cuerpo para retener agua disminuye. Pero este no es el único motivo, ya que la pérdida de la sensación de sed y el hecho de que los riñones no retengan tanta agua se suman a la lista de problemas.
Los mayores deben beber más agua que los niños o adultos a pesar de que en muchas ocasiones sientan que no tienen sed. Con una buena concienciación sobre el problema podremos evitar que la deshidratación sea uno de los principales problemas que afecta en silencio a la salud de nuestros mayores.
Además, si queremos cuidar su salud con la mejor agua posible recomendamos el uso de fuentes de agua con sistemas como la ósmosis inversa que aseguran que el agua que beben nuestros mayores está libre de bacterias y es totalmente pura.