El yoga es una práctica milenaria que consiste en conectar mente y cuerpo a través de distintas técnicas posturales y de respiración. Pero, más allá de lo que es, el yoga para la salud comporta una larga lista de beneficios, tanto para nuestro estado físico como para nuestra salud mental. Sin embargo, es importante realizarlo correctamente con un profesional de esta práctica y siempre teniendo en cuenta algunos consejos que mejoren la experiencia, como mantener una buena hidratación.
El yoga para el cuerpo y la mente
El yoga nació hace miles de años en India, y es que esta práctica es una de las seis darsanas o doctrinas del hinduismo. Existen múltiples estilos de yoga, cada uno de ellos con distintos grados de dificultad y centrándose en posturas o asanas específicas para cada parte del cuerpo. Los estilos más conocidos son Ashtanga o yoga del poder, Bikram o yoga caliente, Hatha yoga, el yoga integral, Iyengar, Kundalini yoga y Viniyoga.
Lo que hay que tener en cuenta es que los ejercicios se centrarán en la respiración, las posturas y la meditación. La respiración, de hecho, es el aspecto más importante para practicar yoga, seguido de las posturas, que potencian la flexibilidad y aumentan la fortaleza del cuerpo. Por otra parte, las clases de yoga finalizan con un periodo de meditación.
Gracias a estas tres variantes, el poder del yoga trabaja para conectar la mente y el cuerpo, lo que conlleva una mejora de la ansiedad, del dolor de espalda o de la depresión, entre otros.
Beneficios del yoga
Como hemos comentado, el yoga puede ser un complemento a la hora de mejorar afecciones y enfermedades como la depresión gracias a esa conexión entre mente y cuerpo, y siempre y cuando se sigan las recomendaciones del médico. Pero practicar yoga también comporta otro tipo de beneficios que se reflejan en el día a día y en nuestras rutinas; ayuda a controlar el estrés, mejora la coordinación y la concentración y a dormir mejor.
Por otra parte, es también de gran ayuda en el control interno de nuestro cuerpo, ya que reduce la presión arterial y la frecuencia cardíaca y ayuda en los procesos digestivos.
La hidratación durante el yoga
La hidratación es uno de los factores clave al practicar yoga. Mantener unos niveles adecuados y beber agua con regularidad, tanto dentro como fuera del estudio de yoga, no solo comporta los habituales beneficios de mantener una hidratación saludable, si no que también potencia y mejora nuestro cuerpo a la hora de llevar a cabo esta técnica.
El yoga favorece a la flexibilidad gracias a la dualidad entre respiración y posturas. Pero para ello es importante que también lleguemos a las clases de yoga con unos niveles buenos de hidratación, y es que beber agua osmotizada de calidad mantiene el buen funcionamiento en los tejidos de las articulaciones, lo que reduce el desgaste óseo y facilita el trabajo en los asanas o posturas del yoga.
Por otra parte, practicar yoga también mejora la propiocepción, es decir, el autoconocimiento con tal de identificar los propios límites y ser conscientes de nuestro cuerpo y físico. En este caso, beber agua regularmente nos mantiene despiertos y sobre todo más atentos a todo lo que nuestros sentidos nos comunican. Así pues, las clases de yoga acompañadas con la dosis de agua adecuada potencian aún más este autoconocimiento.
En estos casos, siempre es mejor que el agua sea filtrada y de calidad para que nos hidratemos de una manera totalmente saludable y sin sabores u olores extraños. Para estos casos, los dispensadores de agua o los equipos de ósmosis inversa ayudan a obtener un agua bacteriológicamente perfecta y apta para beber y mantener esa hidratación que necesitamos al practicar yoga.