Entre los muchos beneficios del agua, no ha de olvidarse la pérdida de peso.
El agua no contiene calorías, por lo cual contribuye a reducir el apetito, y ayuda al cuerpo a metabolizar las grasas.
El agua es, por lo tanto, el alimento más importante que se consume durante el día. Reduce la retención de líquidos y favorece la función depuradora de los riñones.
La deshidratación estimula la sed, pero a menudo se confunde con el hambre. Por este motivo es frecuente caer en un consumo habitual e innecesario de comida o bebidas calóricas, que conllevan un aumento inevitable de los niveles de azúcar en la sangre, colesterol y triglicéridos, aumentando el riesgo de cardiopatía isquémica, hipertensión, cáncer de colon y otras patologías degenerativas crónicas.