Los beneficios del agua para la salud están más que demostrados y avalados por la ciencia. Los médicos nos recomiendan beber dos litros de líquidos cada día, y que en la medida de lo posible bebamos agua y evitamos otras bebidas con alto contenido en azúcares o alcohol. En este sentido tenemos a nuestro alcance muchos informes que confirman que no hay bebida más sana que el agua. Ahora bien, existe controversia acerca de si es bueno beber agua al despertarse, cuando estamos en ayunas y tenemos el estómago vacío.
Japón es el país de mundo en el que sus ciudadanos han adoptado desde hace tiempo la sana costumbre de beber agua justo después de despertarse cada mañana. La terapia del agua está avalada por las principales asociaciones médicas del país. Desde el punto de vista de los galenos nipones, esta terapia del agua tiene por objetivo hacer frente a diversas enfermedades y síntomas habituales, como pueden ser el dolor de cabeza, el sobrepeso, el malestar general, la artritis, epilepsia, colesterol, bronquitis, asma, tuberculosis, meningitis, enfermedades de los riñones y urinarias, vómito, gastritis, diarrea, hemorroides, diabetes, estreñimiento, todas las enfermedades de los ojos, útero, cáncer y trastornos menstruales, enfermedades de oído nariz y garganta.
Beneficios del agua para la salud: la terapia del agua
Beber agua tiene un efecto depurativo en nuestro organismo. Todos sabemos que nuestro cuerpo genera cada día sustancias de desecho. Estas sustancias solo pueden ser expulsadas de nuestro cuerpo mediante los riñones. El agua es laxante y por tanto favorece la actividad de este órgano. Bebiendo agua estamos favoreciendo la expulsión de las toxinas. Es importante que desde que empezamos el día demos la oportunidad a nuestro organismo de eliminar esas toxinas de nuestro cuerpo.
Los médicos señalan que es importante que el agua que bebamos sea natural o bien tibia, ya que beber agua excesivamente fría puede provocar daño a nuestro organismo. Por ejemplo, beber agua fría puede causar indigestión. Se dice que los alimentos grasos tienden a solidificarse al ser mezclados con agua fría. Si tardan más tiempo en ser digeridos se podría dar el caso de que llegaran a causar problemas como el reflujo gástrico.
La terapia del agua consiste en beber 650 mililitros de agua en ayunas, lo que equivaldría aproximadamente a tres vasos de agua. Debemos beber este agua lentamente, sin prisa. Una vez que hayamos bebido esa cantidad de agua, podemos cepillarnos los dientes y limpiarnos la boca, pero tendremos que esperar por lo menos 45 minutos hasta el desayuno. Pasado ese tiempo podremos comer lo que queramos. Después del desayuno, tendremos que estar dos horas sin comer ni beber. Haremos lo mismo después de la comida y la cena.
En total, debemos calcular una cantidad de agua de alrededor de dos litros. Esta cifra es aproximada, ya que depende de nuestro peso. En todo caso es importante no exceder demasiado esa cantidad. Está comprobado que si bebemos más agua de la necesaria podemos ocasionar graves desequilibrios en los niveles de minerales de nuestro organismo. Esto significa un exceso de minerales en la sangre que puede ocasionar aparición de calambres, cansancio o pérdida de agilidad mental.
Por otra parte, está demostrado que hay una relación directa entre el consumo del agua y la hidratación de la piel. Bebiendo agua desde la primera hora de la mañana conseguiremos evitar la sequedad de la piel, mantendremos la elasticidad y la tonicidad de la misma, evitando así la aparición de arrugas prematuras.
Otra de las ventajas de beber agua en ayunas es que ayuda a combatir el estreñimiento. El agua tibia estimula el movimiento intestinal. Aquellas personas que sufran problemas de gastritis deben beber por lo menos tres vasos de agua en ayunas. Si lo hacen, conseguirán reducir el nivel de acidez del estómago, además de los cólicos que puede causar dicha gastritis.
Muchas personas, pese a las recomendaciones del médico, se ven incapaces de empezar el día bebiendo las cantidades de agua en ayunas que se suelen recomendar. Ciertamente al principio puede ser difícil, pero existen trucos para poder beber tanta agua en tan poco tiempo. Lo habitual es dividir el consumo de agua en diferentes horas. Es preferible empezar por beber pequeñas cantidades, y a medida que te acostumbras, ir aumentando las cantidades. Lo oportuno sería empezar por un solo vaso de agua en ayunas, y progresivamente ir incrementando la cantidad hasta llegar a los dos o tres vasos.
Obviamente, cuando los médicos hablan de que hay que beber agua, siempre se refieren a agua de calidad. Si no tenemos acceso a agua óptima para el consumo humano, o la que nos suministra la compañía de agua no tiene la calidad que deseamos, podemos beber agua embotellada o bien instalar un sistema de depuración en casa.