La piel es el órgano más grande del cuerpo y se compone de un 70 % de agua. Parte del agua que nuestro cuerpo pierde diariamente lo hace mediante evaporación a través de la piel.
En el ambiente en que vivimos, con un clima controlado por calefacciones y aires acondicionados, con una humedad baja, jabones y productos químicos de limpieza,… es muy fácil dañar la capa exterior de la piel y reducir su habilidad para retener humedad. Si no se bebe lo suficiente para compensar la pérdida de agua, notarás la piel seca; utilizar productos humectantes, te ayudarán a tratar estos síntomas. No obstante, la mejor solución es beber agua e hidratarse por dentro.