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Consumo sostenible en el Día Mundial del Agua 2015

En el ámbito del consumo sostenible también se ha de tener en cuenta el ahorro de agua. Se trata de un recurso estratégico y esencial, y como tal debe ser gestionado con inteligencia y responsabilidad por parte de los diferentes gobiernos mundiales. Pero también los ciudadanos pueden contribuir a resolver el problema, evitando el despilfarro y encontrando la manera de ahorrar agua del grifo en sus actividades cotidianas.

Reunidos por las Naciones Unidas, más de 300 investigadores y responsables de instituciones públicas y privadas de todo el mundo se concentraron en Zaragoza entre el 15 y el 17 de enero para debatir sobre las herramientas para llevar a cabo la agenda post-2015 sobre el agua a escala global. El objetivo de esta cita era hacer balance de los logros conseguidos en el período 2005-2015 en materia de gestión del agua y poner el foco en los retos del futuro, una vez concluido el Decenio Internacional del Agua.

Las Naciones Unidas dan por cumplidos gran parte de los objetivos que se marcaron para este año, sobretodo en materia de acceso universal al agua potable, si bien aún queda mucho trabajo por hacer. En este sentido, una de las asignaturas pendientes sigue siendo el servicio básico de saneamiento, al que no pueden acceder muchos ciudadanos de países en vías de desarrollo o de entornos rurales.

Ahorrar agua contribuye al consumo sostenible

Reducir las aguas residuales no tratadas, la contaminación de nutrientes y aumentar la reutilización de aguas residuales son otros indicadores que, según las Naciones Unidas, aún tienen un gran campo de mejora. Se estima que aproximadamente unos 800 millones de personas en todo el planeta no tienen acceso al agua potable, y que más de 2.500 millones de personas viven en lugares donde no hay un correcto saneamiento de las aguas residuales.

Durante estos tres días se ha hecho hincapié en el agua como fuente de vida y como elemento fundamental para asegurar la salud y el bienestar económico y social. Además, se ha recordado el compromiso al que han llegado los gobiernos y las instituciones centren sus actuaciones en garantizar el acceso universal a agua potable segura, saneamiento e higiene mejorando la calidad del agua y elevando el nivel de servicio.

Los expertos han reivindicado que una gestión adecuada del agua tiene un efecto directo en el aumento de la prosperidad mediante el uso y desarrollo sostenible de los recursos hídricos, aumentando y compartiendo los beneficios disponibles. Para ello es preciso articular una gobernabilidad del agua robusta y efectiva con más instituciones y sistemas administrativos efectivos, así como conseguir unos ecosistemas protegidos mediante una calidad del agua mejorada y una gestión de las aguas residuales.

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