La provincia y la ciudad de Zaragoza es conocida por todos por ser la capital del Ebro, uno de los principales ríos que hay en España. Tal vez la mayoría de la gente cree que el agua de Zaragoza proviene directamente del río Ebro, pero no es así. En los últimos años el agua de Zaragoza ha experimentado una notable mejora en cuanto a la percepción que tienen los ciudadanos, pero aún a día de hoy hay gente que se queja de su grado de dureza.
Si hablamos del agua de Zaragoza no podemos olvidar que hace unos años, en 2008, la capital aragonesa fue sede de la Exposición Internacional, que estuvo dedicada precisamente a la cuestión del agua y el desarrollo sostenible. Pocas ciudades están tan concienciadas de la importancia del agua y los retos que supone una gestión inteligente de este valiosísimo recurso natural.
El agua de Zaragoza y su contenido en cal
Una de las maneras de clasificar la dureza del agua es considerar la cantidad de cal que hay en suspensión por cada litro. A mayor contenido de cal y otros minerales, más problemas puede ocasionar en el bienestar de la familia y del hogar. Según la escala de Merck, el agua dura está entre 330 y 549 mg de carbonato de calcio (CaCO3) por litro, si quieres saber si el agua que llega a casa es dura, lo mejor es realizar un test del agua que determina la cantidad de cal y otros factores que tiene el agua de tu hogar.
El agua de Zaragoza suele estar en los niveles de carbonato de calcio descritos, lo que sitúa a la capital aragonesa en una situación similar en cuanto a la calidad del agua a otras ciudades o provincias como Barcelona, Tarragona o Valencia. Los inconvenientes principales del agua dura son la suciedad excesiva por la cantidad de restos de cal que se acumulan en tuberías, lo que ocasiona problemas en lavadoras, calderas, lavavajillas, etc. Además el agua dura puede ocasionar irritación en la piel de adultos, pero también es importante conocer cómo afecta el agua dura en la piel de bebé.
El Canal Imperial de Aragón y el suministro del agua de Zaragoza
El suministro de agua de Zaragoza tradicionalmente ha provenido del Canal Imperial. El Canal Imperial es una gran infraestructura de carácter histórico, que data de finales del siglo XVIII, que ha abastecido de agua a la capital maña en los últimos siglos. Se trata, pues, de una obra con muchos años de antigüedad, que durante muchos años ha sido casi la única fuente de abastecimiento para los ciudadanos de Zaragoza.
Durante décadas el agua de Zaragoza llegaba a través de este Canal Imperial de Aragón, una infraestructura de 110 kilómetros de longitud, los que hay entre Fontellas (Navarra) y Fuentes de Ebro (Zaragoza). De hecho, el suministro de agua de la ciudad de Zaragoza dependió hasta el año 2009 exclusivamente del Canal Imperial de Aragón. Hasta ese año todo el agua consumida en la ciudad provenía de ahí. Este canal está gestionado por la Confederación Hidrográfica del Ebro, que a su vez es un organismo autónomo del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.
Mayor calidad y control en el agua de Zaragoza
Desde el año 2009 el suministro del agua de Zaragoza ya no depende en exclusividad del Canal Imperial de Aragón. Desde entonces parte del agua de Zaragoza llega ya proveniente del Embalse de Yesa, situado en el Pirineo Aragonés. Desde que parte del agua que se suministra a la ciudad de Zaragoza proviene de Yesa, la calidad y el sabor del agua ha mejorado, ya que esta agua tiene una mineralización más baja de la que proviene del Canal Imperial de Aragón.
Dependiendo de la época del año se usa más cantidad de agua de Yesa que del Canal Imperial de Aragón, o viceversa. Así que es posible que durante el año el ciudadano en su domicilio llegue a notar diferencias a la hora de beber un vaso de agua, un factor que se puede solucionar con un equipo de ósmosis. En todo caso, el agua, cuando llega a la planta potabilizadora, hay todo un ciclo de tratamiento químico para que el agua llegue al grifo del ciudadano en óptimas condiciones.
La potabilización del agua de Zaragoza
Básicamente el tratamiento consiste en una cloración con el objetivo de desinfectar y eliminar las bacterias y virus, y por otro lado hay un sistema de filtrado que tiene por objetivo quitar las sustancias pesadas y las sustancias que hay en suspensión. En eso consiste el proceso de potabilización, que tiene por objetivo extraer las sustancias que puedan suponer un peligro para el consumo.
Los parámetros que se controlan en el laboratorio son el color, la turbidez, la conductividad, el PH, el contenido de amonio y la detección de bacterias coliformes, además de otros metales como el cobre, cromo, níquel, hierro, plomo y demás. También se realizan análisis para ajustar siempre al mínimo posible la cantidad de cloro para el tratamiento de potabilización del agua.