Los beneficios de tener plantas en casa son múltiples, y van desde el ámbito decorativo hasta incluso la salud. Se ha demostrado que tener plantas y flores, y por supuesto cuidar correctamente de ellas, comporta también mejoras notables en la salud y el bienestar de las personas.
Por qué tener plantas en casa
Como hemos comentado, los beneficios de tener plantas van más allá de motivos superficiales; mejoran el humor de las personas y suben el ánimo al aportar energía y vitalidad a su alrededor. Además, depuran el aire y actúan como filtro natural en las impurezas de los ambientes así como de sus malos olores y posibles tóxicos que puedan permanecer en el aire. De hecho, está demostrado que los hospitales que disponen de flores y plantas cerca de sus pacientes ayudan a una recuperación más rápida gracias a todas estas características.
Por otra parte, disponer de plantas alrededor crea una energía positiva, mejora la autoestima de las personas cercanas e incluso es un gran remedio contra la soledad. Y es que las plantas son buenas compañeras de trabajo o de vida, pudiendo ser de gran ayuda terapéutica a la hora de hablar con ellas.
Por supuesto, también son bonitas y suelen convertirse en los elementos centrales de la decoración del hogar, pudiendo aportar elementos del Feng Shui en el hogar. Tan solo hay que saber escoger el tipo de planta y darle los cuidados y atenciones necesarias.
Cuidados de las plantas de interior
No hay que olvidar que las plantas siguen siendo seres vivos, y como tal deben ser cuidadas y respetadas. Por ello, escoger las plantas de interior para el hogar no solo debe centrarse en motivos puramente estéticos, también es importante saber elegir según las necesidades de la planta.
Hay plantas de interior, como las orquídeas, que necesitan mucha luz indirecta, por lo que no convendrá tener este tipo de flores en una casa con una iluminación escasa. En este punto también es necesario tener en cuenta la temperatura que soportan las plantas, ya que si escoges aquellas que suelen vivir en zonas húmedas pero resides en un clima frío, por muchos cuidados que le des, la planta no estará en el sitio correcto.
Tampoco debemos olvidar nunca otros cuidados como el podarlas, tratarlas ante posibles parásitos, trasplantarlas cuando sea necesario y regarlas con un agua óptima.
La calidad del agua a la hora de regar las plantas
Regar las plantas suele ser la principal preocupación de todo cuidador o cuidadora de jardín. Y no es para menos, ya que en gran parte la supervivencia de la planta dependerá de su correcto riego.
En este punto es importante conocer la cantidad de agua que necesita cada flor para sobrevivir, y siempre teniendo en cuenta la época del año, ya que el riego depende tanto de las necesidades de cada planta como de la temperatura exterior. Hay flores que tan solo necesitan ser regadas cada dos semanas, mientras que otras necesitan ser regadas dos veces a la semana.
Otro aspecto imprescindible es la calidad del agua. El agua con cal afecta a las plantas. De hecho, el mejor tipo de agua para el riego de las plantas es el agua de la lluvia o bien el agua filtrada. Y puesto que el agua de lluvia no siempre es fácil de disponer en según qué zonas, lo mejor es apostar por un agua filtrada y sin cal.
Para obtener este tipo de agua no es necesario comprar agua embotellada, con sistemas de descalcificadores domésticos se puede obtener un agua de calidad, sin cal y libre de impurezas, perfecta para darle a tus plantas un agua de la mejor calidad con tal de asegurar su correcto crecimiento y florecimiento.
