A pesar de que en la mayoría de pueblos y ciudades de España el agua del grifo es apta para el consumo humano, en determinadas zonas no es aconsejable beber el agua en casa debido a su sabor desagradable y también a la gran cantidad de productos químicos que se emplean para convertirla en potable. Dicen que el agua debería ser incolora, inodora e insípida, pero la realidad es tozuda y sólo hace falta abrir el grifo para darse cuenta de que en muchos casos no es así.
Muchas veces el agua en casa no es transparente, sino que al llenar el vaso es de color blanquecino. Incluso, a pesar de que empleemos un vaso transparante, al principio miramos al trasluz el vaso del agua y somos incapaces de ver lo que hay detrás del cristal hasta que las sustancias que dan el color blanco se depositan o se evaporan.
El desagradable sabor del cloro en el agua en casa
Otras veces el agua tiene olores y sabores raros provenientes de las tuberías y de las canalizaciones de agua, o del empleo de las sustancias químicas que las empresas suministradoras de agua emplean, lo cual genera desconfianza e insatisfacción en los consumidores, que no cuentan con agua de calidad en casa y tienen que gastar el dinero en agua mineral o invertir en un equipo de purificación doméstico de ósmosis inversa.
El mal sabor del agua del grifo puede tener que ver con la dureza del agua. Dependiendo de la zona geográfica en la que vivamos y de cuál sea la cuenca hidrográfica desde la que nos abastecemos, tendremos agua dura, blanda o media. En general, podemos decir que en España, en las regiones y comunidades autónomas del norte el agua es dura, mientras que en la cuenca mediterránea el agua suele ser blanda.
En este sentido, el agua del grifo contiene sales minerales así como algunos otros nutrientes, que de alguna manera pueden influir en el sabor y el olor de la misma. Se considera que las aguas que son ricas en componentes como el calcio, el potasio o el magnesio pueden tener un sabor más intenso que aquellas aguas que son pobres en estas sustancias.
Las compañías suministradoras de agua emplean productos químicos para purificar y garantizar la calidad del agua, de acuerdo a unos parámetros sanitarios establecidos. Desde hace bastantes años, el cloro es el producto desinfectante del agua más utilizado en todo el mundo. Su gran efectividad y fiabilidad para eliminar microbios que puedan haber tanto en el agua como en las cañerías o los depósitos hace que sea el más empleado.
Algunos remedios caseros para mejorar el sabor del agua en casa
Pese a que la Organización Mundial de la Salud recomienda el uso del cloro para potabilizar el agua, lo que está claro es que a nadie le gusta beber un vaso de agua con sabor a cloro. La OMS establece las cantidades que se pueden emplear para que no suponga un riesgo para la salud.
Hay varias maneras de compensar o eliminar el exceso de cloro que en ocasiones hay en el agua del grifo. La más conveniente es instalar un equipo de purificación de ósmosis inversa, que elimine el exceso de cloro mediante los filtros de carbón activo granulado.
Hay otros remedios caseros para mejorar el sabor y el olor del agua. Uno de ellos es llenar jarras de agua del grifo de cada, y dejarla a temperatura ambiente destapada media hora aproximadamente para que de tiempo a que el cloro se pueda evaporar. Pasado este tiempo se debe cubrir y guardar en el refrigerador. Al estar fría, conseguiremos quitar el sabor y el olor del cloro. Otra opción para esconder el sabor y olor a cloro es añadir al agua una gota de zumo natural de limón.
Instalar un equipo de ósmosis en casa
A veces el agua puede tener un sabor metálico, cuando la cantidad de hierro, o cuando se disuelven los metales de las cañerías por un bajo nivel de PH del agua. Cuando el agua proviene del subsuelo es común que haya metales como hierro o manganeso, y cuando tiene zinc o cobre suele ser a causa de la corrosión de las tuberías.
Debido a que hay una cantidad grande de sulfuro de hidrógeno. Normalmente el cloro elimina este olor desagradable. Otro defecto es el exceso de sal en el agua. Esto pasa en zonas cercanas al mar. Los equipos de ósmosis solucionan este problema ya que separan las sales minerales y las descartan. Finalmente a veces el agua tiene sabor a tierra húmeda o a moho, cuando hay restos de algas o vegetación. Esto sucede cuando el origen del agua está en depósitos superficiales o fuentes. En todos estos casos, conviene contar con los profesionales y dejarse asesorar para instalar el equipo de purificación de agua más indicado para nuestras necesidades específicas.
Soluciones tecnológicas para disfrutar de agua de confianza
Hoy en día hay soluciones tecnológicas para mejorar la calidad del agua en tu casa a través de descalcificadores o de equipos de ósmosis. Dependiendo de cuál sea el problema y qué resultado queramos obtener, utilizaremos un sistema u otro si sabe mal el agua en casa. Pero más allá de esto, no podemos escoger cuáles son las características químicas del agua que nos proporciona nuestra compañía suministradora.
Así que dependiendo de la ciudad, comarca o provincia en la que vivas, tendrás un agua de unas características o bien de otras. Por consiguiente, en determinadas regiones, zonas o poblaciones sabe mal el agua en casa, aunque el problema de la falta de calidad en el agua del grifo es más evidente que en otras. Por ejemplo, si vives en alguna ciudad o pueblo del área mediterránea, seguramente no estarás contento con el sabor ni con el color ni el olor del agua que sale de tu grifo. Te contamos porqué enseguida.
La mejor y la peor agua de España
Las razones por las que la calidad del agua es tan baja en la zona mediterránea hay que buscarlas en las características del suelo y del subsuelo. En esta área geográfica sabe mal el agua en casa ya que contiene -por lo general- una cantidad excesiva de cal. Por ello los ciudadanos de las provincias de Almería, Murcia, Málaga, Baleares, Alicante, Castellón, Valencia, Tarragona y Barcelona cuentan con la peor calidad del agua. Para que esta agua sea potable es sometida a tratamientos químicos con cloro y otras sustancias, con el objetivo de reducir el exceso de dureza en el agua. Se considera que el agua es excesivamente dura cuando la cantidad de carbonato de calcio excede los 550 mg/l.
El motivo por el que sabe mal el agua en casa es que como las poblaciones están cerca de la costa, tienen más sedimientos. Además, en algunas poblaciones del interior se realizan trabajos de minería o en el ámbito industrial, lo que afecta a la calidad del agua que baja de las montañas o de los ríos. Generalizando, podríamos decir que el agua de la cuenca mediterránea es muy desagradable para beber y que es no es las más adecuada para el cuidado de nuestro cabello y nuestra piel. Además, ocasiona daño en el funcionamiento de nuestros electrodomésticos como la lavadora o el lavavajillas, reduciendo su vida útil, ¿quieres saber qué efectos causa el agua dura en electrodomésticos?
En el otro lado, tenemos las ciudades que -en general- se considera que tienen la mejor agua del país. Se trata de municipios en los que el agua del grifo tiene una cantidad de carbonato de calcio alrededor de los 150 mg/l. Las ciudades con la mejor agua del país son -según un reciente informe de la Organización de Usuarios y Consumidores (OCU)– Burgos, San Sebastián y Las Palmas. En general se considera positivo que el agua de casa sea débil mineralmente hablando, aunque también tiene sus inconvenientes, como un menor aporte de calcio y de sales.
Para mayor tranquilidad, analiza el agua del grifo
Pero más allá del contenido en cal, por nuestra seguridad y por la salud y el bienestar de nuestra familia, deberíamos realizar un análisis químico y bacteriológico del agua que sale de nuestro grifo. Muchas veces nos quejamos de que sabe mal el agua en casa, pero el problema no es tanto el sabor sino la cantidad de bacterias, hongos y virus que puede llegar a contener cada gota de agua. Es posible que un vaso de agua aparentemente buena y transparente contenga partículas que son invisibles a nuestros ojos pero que son muy perjudiciales para nuestra salud.
En general nos falta información acerca de cómo es el recorrido del agua que llega hasta nuestros hogares, y a la que investigamos un poco aumentan nuestras dudas acerca de la calidad de la misma. El agua del grifo proviene de manantiales, ríos y pozos, y luego es tratada en plantas potabilizadoras. Para que el agua sea potable se emplean productos químicos, después el agua es almacenada en depósitos y se distribuye por la ciudad mediante las cañerías. Y de ahí va al grifo de nuestra casa. Por tanto, desde que se potabiliza en la planta hasta que sale de nuestro grifo hay un largo recorrido por el medio. La instalación de sistemas de tratamiento en casa, como los equipos de ósmosis, es la única garantía para disfrutar en casa del agua de la mejor calidad y seguridad para el consumo.
Agua buena en la cocina para toda la familia
Cuando el agua en casa sabe mal lo notamos cuando nos ponemos delante de los fogones. Los cocineros saben, por experiencia, que el agua de mala calidad no es indicada para cocinar ni para alimentar a tu familia. Por este motivo la mayoría de buenos hoteles y restaurantes tienen instalados sistemas de ósmosis y otros equipos para mejorar la calidad del agua, reducir la dureza y mejorar el sabor.
El agua excesivamente dura genera muchos problemas. En primer lugar por el sabor, y en segundo lugar, porque el alto contenido en minerales y cal retarda el tiempo de cocción en los ingredientes, con lo cual, se pierden muchos de los nutrientes. Solo hay que mirar las etiquetas de algunos de los alimentos que compramos para darnos cuenta de que vale la pena instalar un sistema de ósmosis en casa o reducir la cal para tener un agua más blanda.
Agua de calidad para ganar salud y tiempo y ahorrar dinero
El agua excesivamente dura, además de que sabe mal, hace que las legumbres tarden hasta una hora más en cocerse. También cuando preparamos infusiones como el té o el café, o bien alimentos infantiles para los bebés, nos recomiendan usar agua de mineralización débil. El agua blanda respeta más las propiedades nutricionales de los alimentos, así como los aromas y los sabores naturales de los ingredientes.
Además de la cuestión de la alimentación, hay otro aspecto que no debemos olvidar, y es la cuestión del ahorro energético. Al reducir el tiempo de cocción, reducimos el uso de electricidad o de gas, con lo que podemos reducir la factura del suministro y llevarnos una alegría al final de mes. Esto no sólo es útil en cuanto al tiempo que destinamos a cocinar, sino también el tiempo que logramos reducir cuando utilizamos el lavavajillas o la lavadora.
Además de todos estos motivos, hay que apuntar otro que no debemos olvidar: el agua como bebida de bienestar y salud. Ya que en cualquier domicilio, tiene que ser la principal bebida. Toda la familia debería disfrutar en casa de agua de gran calidad y en gran cantidad. Hoy en día tenemos acceso fácil a maquinaria y sistemas que nos garantizan el agua de mayor calidad en el domicilio.
Beber dos litros de agua diarios es una buena recomendación, no sólo para combatir la deshidratación sino también porque es la bebida más indicada para el organismo. Además, en el momento en que bebemos agua del grifo de calidad, estamos evitando consumir bebidas azucaradas o carbonatadas que pueden originar, a la larga, bastantes problemas de salud.